Wednesday, October 08, 2008

¿Que busca el gobierno?
En los últimos días se han venido presentando varios movimientos del gobierno en diferentes leyes presentadas a los órganos legislativos. El proyecto alternativo para la "ley de víctimas", la aprobación en primera instancia, en ausencia del partido Liberal y el PDA, de la reforma política, y faltan aun más leyes programadas a ser aprobadas por parte de la maquinaria del Estado. La confirmación de la politización radical del debate político en Colombia se dio cuando el señor ministro de agricultura acepto frontalmente que la situación de Carimagua, en el departamento del Meta, era una situación ideológica. El debate que surgió ante el embauque del gobierno a los desplazados muestra como, de acuerdo a las leyes no solo colombianas sino de organismos como la ONU, lo que hizo el gobierno es una violación por acción y omisión a la protección de los derechos humanos y civiles de los ciudadanos.
Es necesario ver los componentes ideológicos que rodean tanto las palabras como las acciones que el gobierno ha tenido, no solo últimamente aunque se ha aumentado de forma considerable en este último semestre del año. Primero, el informe de la senadora Cecilia López muestra una perspectiva muy interesante, no por condenar el acto mismo, sino por mostrar con detalle la forma en cómo el ejecutivo ha jugado para realizar sus intereses. Movidas por debajo de la mesa, juegos de poder en los cuales se vulnera la tan adorada constitución del país. El ministerio de agricultura pareciera jugar con una doble moral, pero no es así, cuando el acepta el componente ideológico se acepta de frente una premisa, las acciones están mediadas por creencias, no por contextualización de la situación.
Carimagua es dado a los empresarios en una formula muy parecida a la estadounidense, se tienen ciertas creencias basadas en la pirámide goteante del capitalismo, se establecen estructuras de libre competencia en las que las condiciones están puestas para los que ya van ganando, se mantienen los órdenes de poder ya que, además de ser exitosos, se cree ideológicamente en ellos. Lo mismo sucede con los otros proyectos que se entraran a debatir estos últimos meses: el proyecto para la ley de víctimas, saboteado a última hora por dos ponentes Uribistas; presentan un nuevo proyecto que libera al Estado de todas sus responsabilidades, y deja en el limbo un proceso que se venía gestando desde la negociación y la escucha a los directamente implicados como víctimas. El otro proyecto es el de la reforma política, aprobado de manera consensual, solo entre el ala del gobierno.
No hay que apoyar al partido liberal o al PDA solo porque si, pero ignorar en una votación de tal magnitud a dos de las coaliciones más grandes del sistema político es un síntoma de ignorancia abierta a lo que es un proceso democrático básico. El retiro de estos dos partidos no es solo una pataleta de la oposición, aunque si ha habido antes, es una muestra más de que el control de esta rama por parte del Uribismo es arrollador, lo suficiente como para obnubilar la participación política plural del país. Del mismo modo que los otros proyectos este también tiene un componente ideológico, la reforma como tal está diseñada para mantener un control de las instituciones que permita el desarrollo del proyecto nación.
Para saber que busca el gobierno se deben entender las premisas más básicas y obtusas del pensamiento neo liberal. El mismo que cree firmemente en la inversión extranjera como clave para el desarrollo del país, el mismo que cree en la política de seguridad democrática como polo de progreso del país y que, dentro de su ignorancia, olvida que la historia de Colombia está marcada por la corrupción y la desigualdad, y que solo previniendo estos dos males se puede llegar a consolidar otro tipo de programas. Mientras tanto no está pasando nada además de lo de siempre, los ricos más ricos, los pobres mas pobres.
Toda práctica política esta mediada por la ideología en el sentido en que esta es una creencia absoluta sobre el mundo; las creencias absolutas generan esquemas de existencia coercitivos, formas de violencia y poder sutiles o frontales. La Ley de victimas se ajusta a la imagen de Estado administrador que ademas no aceptar responsabilidades de tipo social, menos aun, acepta asumir las consecuencias; el estatuto político se fundamenta en la necesidad de perpetuar un sistema político con estos lineamientos, fragmentando así la democracia al volverla populista al mismo tiempo que se evita un cambio en los lineamientos del gobierno.
Es necesario ver las practicas del gobierno mas allá de solo practicas, es necesario ver el esquema ideológico bajo el cual se cimentan, ver el lenguaje que los rodea, ver como se ha politizado este país hasta tal punto que pareciera que no importa que se haga, que el gobierno puede jugar, hacer trampa, abandonar a aquellos a quienes jura proteger, mentir. Lo peor, es que están convencidos que es lo que deben hacer para lograr el país que sueñan.

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