Thursday, August 21, 2008

El Presidente y Los Magistrados

Existe lucha de poderes entre las ramas del gobierno en el país, eso los medios ya lo han hecho notar; las características de este forcejeo rayan en lo más puro de lo que es político, no se reduce a diferencias entre partidos; no existe, como lo quiere hacer ver el presi, un interés de alguna ideología particular en contra del Uribismo como tal. Cuando digo que es una cuestión puramente política lo digo porque es un balance de poder entre la rama judicial y la legislativa; todo aparentemente dentro de un marco de acción constitucional, todo se argumenta desde allá, todo se excusa desde allá.
¿Cuales son las ramificaciones de esta pelea? A ojos de la población lo que está sucediendo es sencillo, para la oposición (en donde hasta cierto punto me ubico) es una forma de dilatación he invisibilizacion de un problema de mucha más magnitud, la infiltración que tuvieron sectores de la derecha radical, sectaria y violenta dentro de la dirigencia de eso que llaman nación. Para los Uribistas, que son mayoría, existe un programa de des legitimización del Estado que puede dar al traste con la política de seguridad democrática, en la medida en que los acusados todos hacen parte de la maquinaria del gobierno, esta se va quedando sin los votos suficientes para poder llevar a cabo el gran proyecto de nación de Jose Obdulio.
No es normal, ni debe ser bien visto el estado de decadencia que ahora prima sobre el congreso, la visible pérdida de legitimidad de un órgano del Estado que en los últimos años se ha adentrado en un debate sobre sí mismo, dejando de lado con descaro su función publica y social.
Es interesante ver como el debate de la para política se ha convertido en un monstruo de mil tentáculos, una figura casi burocrática en el mejor sentido Kafkiano; algo que ha perdido su rumbo para convertirse en lo que es ahora, un tira y jale entre dos poderes públicos y más aun, en el forcejeo de todas las fuerzas políticas, legales e ilegales, con algún tipo de influencia en el país. Es cierto lo que dicen aquellos que aseguran que en lo público se debe esperar la transparencia, las figuras políticas pierden la privacidad ya que, en teoría, los funcionarios sean elegidos o no, deben anteponer lo privado a los intereses colectivos de la nación.
Ahora, repito, esta es la teoría. La corte penal y otros organismos internacionales ya alzan la voz en cuanto al nivel de participación que pudieron haber tenido los congresistas en lo que fue esa gran masacre, ese rio de sangre que corrió por el país gracias a la acción de los paramilitares por todo el territorio. Y es cierto, el arranque de las AUC y su consolidación fue lo suficientemente fácil y rápida como para suponer que desde muchos lugares de poder centrales y regionales fueron apoyados implica o explícitamente. Uno no consigue votos tan fácil antes tiene que asustar, y para asustar muchas veces toca matar. Curiosamente casi todos terminaron siendo Uribistas, esto no lo digo en un sentido conspirativo, las ideologías militares y los proyectos sociales tanto del gobierno como de las AUC tienen un grado de afinidad, particularmente en cuanto al pensamiento que de la causa justifica cualquier acción.
Ya se sabe, o supone, que la extradición de los jefes paramilitares fue una jugada hábil: entorpece las investigaciones, dificulta el contacto visual entre victimas y victimarios, un facto psicológico importante que ha sido poco tocado en lo relacionado a este tema. El programa de reforma judicial que presento el gobierno no es más que una legajada mañosa, una transacción política en la que se espera que los magistrados, al ver las ganancias a largo plazo, satisfagan los deseos presidenciales. En el campo jurídico no podemos esperar muchos más avances por parte de las condenas a los políticos y empresarios que estuvieron relacionados con los paramilitares.

Si se ve bien, la pelea entre el ejecutivo y el judicial es también una ramificación de un problema con mucho mas fondo; en la medida en que el gobierno piensa (o sabe) que lo que haga la corte puede afectar directamente su proyecto de nación, el gobierno se lo va a tomar personal. Las ramificaciones van a la pérdida de legitimidad, la pérdida de control y de poder político, todo lo que viene naturalmente en los sistemas estatistas. En cuanto al público, bueno, estaría de más ilusionarnos y pensar que lo que hagamos o digamos va a tener algún tipo de eco por allá arriba. Si la política es una cuestión de espectáculo, de show para aquellos que no detentan el poder pero si lo mantienen; todo el problema de la pelea entre poderes se verá reducido a un arma más para vender periódicos.

Pd: si digo que hasta cierto punto me meto dentro de la oposición, no es una forma de relativismo, tampoco es que hasta cierto punto apoye a Uribe, es que la oposición en Colombia es un poco vergonzosa

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